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Desarrollar el liderazgo requiere el apoyo de líderes sénior que contribuyan al desarrollo de nuevas habilidades y el afianzamiento de los hábitos adquiridos; por otra parte, un crecimiento orgánico de liderazgo constructivo requiere que las organizaciones generen espacios de atracción y empoderamiento para nuevos líderes, con estas actividades se logra mantener un equilibrio entre cultura corporativa, tendencias de liderazgo y desarrollo profesional sostenible.

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Por: Cayo Betancourt – cayobetancourt@gmail.com – @cayobetancourt

Adquirir habilidades de liderazgo requiere diferentes componentes, entre ellos el aprendizaje formal, que se obtiene a través de cursos, seminarios y actividades guiadas. Otro componente es la práctica, un elemento esencial para afianzar los conceptos y aprender a tomar decisiones en un campo variable relacionado con las relaciones humanas.

Jim Kouzes y Barry Posner indican que el liderazgo no está relacionado con la personalidad, por el contrario es directamente asociado al comportamiento. En este contexto es necesario revisar las acciones que se toman frente a las pruebas de personalidad, los cuales son útiles para entender el comportamiento de las personas en diferentes situaciones pero no deben utilizarse para encasillarlos respecto al resultado de a una evaluación. Particularmente, porque las evaluaciones que resultan en las pruebas de personalidad pueden variar en el tiempo y algunos eventos complejos en la vida de las personas generan desviaciones marcadas.

El liderazgo debe observarse como una actividad abierta, sin compromisos ni fórmulas mágicas que deben protegerse; por el contrario, un líder efectivo es capaz de proveer las herramientas necesarias para que su equipo sea productivo, generando los resultados esperados por la organización al tiempo que forma espacios para la evaluación y desarrollo respecto al desempeño de sus líderes. Este proceso se denomina empoderamiento efectivo y constituye un elemento esencial que contribuye al crecimiento profesional de las personas.

El liderazgo de servicio debe constituirse como una práctica general en las organizaciones, debido que un líder genera valor cuando centra su atención y el servicio en los demás, dejando a un lado prevenciones egocéntricas o planes personales aislados de las necesidades de su equipo, fundamentalmente cuando se apoya su crecimiento y bienestar como lo indica Robert Greenleaf,

La generación de habilidades de liderazgo requiere exposición a diferentes entornos y condiciones, cuando se están desarrollando estas habilidades, el acompañamiento es fundamental, especialmente en situaciones complejas que requieren especial atención. En estas condiciones, un líder en formación acompaña un líder senior y observa los detalles de las actividades como toma de decisiones, manejo de la conversación y negociación; estas actividades deben ampliarse en el tiempo, generando mayor responsabilidad en quien aprende al punto que no se requiera este proceso de “sombra”.

Finalmente, el desarrollo de habilidades de liderazgo debe estar alineado con dos aspectos fundamentales en las organizaciones, su estrategia corporativa y las necesidades del mercado. Cuando el equipo de recursos humanos apoya los procesos de gestión y desarrollo de liderazgo, se observa un desarrollo sostenido y consistente, que permite alcanzar las metas de los equipos. Adicionalmente, desarrollar habilidades para generar atracción en el mercado es otra opción para quienes buscan un cambio; en este caso, es necesario un esfuerzo adicional para identificar aquellas habilidades por desarrollar y generar un plan personal que permita alcanzarlas con objetivos medibles en el tiempo.

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